miércoles, 27 de abril de 2016

La arquitectura en el siglo XX

Tras el desarrollo del Modernismo se abre un nuevo horizonte para el arte de construir. La arquitectura intenta ser la respuesta antes las necesidades que plantea la nueva sociedad aprovechando al máximo el espacio, un bien preciado en las superpobladas urbes de nuestro siglo, y creando espacios dignos y habitables en los que se desterrará definitivamente cualquier referencia al pasado, algo a lo que contribuyó notablemente el Racionalismo. En este sentido, podemos afirmar que la arquitectura del siglo XX es autorreferencial.

Sólo a partir de los años 70-80 se vuelven a plantear profundas necesidades estéticas que, en algunos casos, se traducen en una vuelta al pasado y una revisión un tanto particular e irónica de la arquitectura clásica.

Frank Lloyd Wright: La Casa de la Cascada. Pensilvania


1. LOS RETOS DE LA ARQUITECTURA EN EL SIGLO XX

Son muchos los cambios que se van a producir en la arquitectura de este siglo. Algunos de ellos hunden sus raíces en hechos acaecidos en el siglo anterior, como la II Revolución industrial, que generó un tipo de sociedad diferente con nuevas necesidades que la arquitectura del siglo XX va a intentar solventar.

La gran mayoría de la población vive en las ciudades. La planificación de las mismas es uno de los objetivos de nuestro siglo. De este modo nacerán proyectos urbanísticos como el de Tony Garnier, el primer arquitecto que afrontó seriamente el crecimiento y la planificación conjunta de la ciudad y la arquitectura. En sus proyectos se empleaban los nuevos materiales que la industria había aportado al mundo de la construcción. No descarta la posibilidad de que la ciudad industrial sea un espacio fundamentado en el orden. Algunas de sus ideas se llevaron a la práctica en la ciudad de Lyon con bastante éxito. La ciudad de Brasilia proyectada por Niemeyer y Lucio Costa, es otra interesante prueba de la importancia que tuvo el urbanismo a principios de siglo.

Otro de los problemas que trae consigo el desarrollo de las ciudades es el importante crecimiento de la población y los problemas para encontrar una vivienda. La solución eran los rascacielos, que surgen a finales del siglo XIX en Estados Unidos y que se continúan construyendo a lo largo del XX. Con el rascacielos se consigue concentrar a un gran número de personas en un espacio relativamente reducido que podía reunir perfectamente condiciones de vida dignas. Con idéntica finalidad nacen las unidades de habitación, como las diseñadas por Le Corbusier. De lo anteriormente expuesto llegamos a una conclusión obvia: la forma ha de subordinarse a la función. Lo importante de un edificio es que sea funcional, que cumpla de la mejor manera posible la función para la que ha sido diseñado.

La aparición de nuevos materiales y su empleo en el mundo de la arquitectura seguirá avanzando. El muro tradicional será desplazado por el muro-cortina y la arquitectura tratará de alcanzar las formas transparentes y dinámicas.

Además, en el siglo XX se llega a algo que se había preludiado en el XIX durante el furor modernista: la ruptura con la tradición. Se pretende romper las cadenas que ligan al arquitecto al pasado y crear un nuevo lenguaje caracterizado por la libertad absoluta. Se rechaza cualquier referencia a estilos anteriores. Esto confiere a la arquitectura del siglo XX un carácter universal y autorreferencial: un edificio no deberá hacer referencia a nada, tan sólo a sí mismo. Éste es un aspecto que marcará, sobre todo, a la arquitectura racionalista de la que hablaremos a continuación.


2. LA ARQUITECTURA RACIONALISTA

2.1. El Racionalismo: significado y antecedentes

El Racionalismo plantea la búsqueda de una arquitectura basada en la Razón que se adecue perfectamente a la función para la que ha sido pensada. Es, por tanto, una manera de interpretar la arquitectura, en la que lo ornamental no tiene cabida. Se fundamenta en las formas puras y geométricas. Se prescinde de cualquier jerarquía o referencia al pasado. Si quisiéramos encontrar un antecedente de la arquitectura racionalista deberíamos remontarnos hasta el Neoclasicismo y, más concretamente, a su vertiente utópica, representada por Boullée y Ledoux. El antecedente más directo es el de la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos, donde se comienzan a construir los primeros rascacielos, que encajarían perfectamente dentro de las características que perfilan la arquitectura racionalista como ya hemos visto. La Sezession vienesa también debe ser considerada otro punto de partida para el Racionalismo, más que cualquier otra forma de Modernismo, dado el predominio que existe en ella de líneas rectas y formas geométricas simplificadas.

En Europa, arquitectos como Adolf Loos, Peter Behrens y Auguste Perret, configuran lo que se puede denominar Protorracionalismo, preludio de la arquitectura puramente racionalista. Adolf Loos (1870-1933), de origen austriaco, estuvo en contacto con notables representantes de otras manifestaciones artísticas, como el pintor y escenógrafo Kokoschka, el escritor Tristan Tzara o el músico Alban Berg. La mayor parte de sus obras fueron para la ciudad de Viena. Estaba totalmente en contra de la ornamentación en la arquitectura. Ésta ha de ser _según él_ útil, y sus formas y volúmenes han de estar en relación al ser humano. 

Loos: Casa Steiner. Viena

Loos: Casa Loos en la Michaelerplatz. Viena

El arquitecto alemán Peter Behrens (1868-1940) es, ante todo, un arquitecto de fábricas, como la AEG o la Fábrica de turbinas de Berlín (1909). Aprovechó las cualidades de los diferentes materiales para conseguir la máxima economía y simplificación, características que no están reñidas con la estética. Auguste Perret (1874-1954) representa el Racionalismo en Francia y es el autor de la Casa Franklin de París (1902-1903), en la que se sirve del cemento armado, uno de los materiales que mayor número de ocasiones empleó, y del cristal.

Behrens: Fábrica de turbinas AEG. Berlín

Antes de finalizar este apartado, que pretende ser una breve introducción par el estudio de la arquitectura racionalista, deberemos hacer referencia al urbanismo representado a comienzos de siglo por Tony Garnier (1869-1948). Garnier nos ha dejado más muestras de su teoría arquitectónica que de construcciones. En 1904 presentó una ciudad industrial para 35.000 habitantes realizada con cemento armado y vidrio. Sus ejemplos más interesantes de arquitectura se hallan en la ciudad de Lyon. Su obra se sitúa en la línea de las utopías socialistas de Owen o Fourier.


2.2. La Bauhaus y sus arquitectos

En 1919, mediante la fusión de la Escuela de Artes Aplicadas y la Academia de Weimar, Walter Gropius crea en esta ciudad alemana la Bauhaus, a la que estuvieron ligados algunos de los más importantes arquitectos del siglo XX. Se trata, en realidad, de un instituto de artes y oficios en el que los alumnos diseñan todo tipo de objetos, con dos pretensiones fundamentales: superar la tradición y tener en cuenta las nuevas tecnologías surgidas como respuesta a las necesidades del individuo, tanto fisiológicas como psicológicas. En 1925 la escuela se traslada a Dessau, a un edificio que se construyó según un proyecto de Gropius. Éste fue el momento más interesante y productivo de la Bauhaus, el momento en el que más racionalistas se mostraron sus integrantes. Entre ellos se encontraban el propio Gropius y Meyer (este último sucedería a Gropius en la dirección de la academia). Fue clausurada en 1932, aunque se intentó reconstruir en Berlín bajo la dirección de Mies van der Rohe. Durante aquellos años se comercializó la producción industrial de modelos, alfombras, tejidos, etc.

Dentro de esta escuela se encuentran algunos de los más destacados arquitectos de nuestro siglo:
  • Walter Gropius (1883-1969) se formó en el estudio de Peter Behrens. Su primera obra importante fue la Fábrica Fagus (1911), concebida como una hermosa combinación de vidrio y hierro. Su gran obra es el edificio de la Bauhaus en Dessau, en donde colaboraron tanto los estudiantes como los docentes. La planta está formada por tres brazos que se extienden con libertad y que multiplica los puntos de vista. Los muros son de cemento armado y vidrio. En 1937 se trasladó a los Estados Unidos, en donde montó un estudio con Breuer. Su arquitectura supone el triunfo de la razón en un momento en el que las guerras representan la irracionalidad más absoluta.
  • Adolf Meyer (1881-1929) fue un importante colaborador de Gropius y profesor de la Bauhaus entre los años 1919 y 1925.
  • Mies van der Rohe (1886-1969) era hijo de un cantero y sus primeros pasos en el mundo de la arquitectura los da de la mano de Behrens. Conocía a Le Corbusier y a Gropius, al tiempo que admiraba la obra del arquitecto neoclásico Schinkel. La primera obra de este autor que podemos considerar revolucionaria data de 1919: el edificio de oficinas de la Friedrichstrasse de Berlín, tres torres unidas en el centro donde se situaron las escaleras y los ascensores. En 1923 y 1924 proyecta dos casas de campo y en 1929 el Pabellón de Alemania de la Exposición Universal de Barcelona, en el que demuestra que su arquitectura se fundamenta en el adecuado manejo de los materiales como el acero, el cemento armado y el vidrio, en los volúmenes nítidos y en el empleo del muro-cortina que sustituye al muro tradicional. En 1938 se vio obligado a emigrar a los Estados Unidos. Allí realizó el Illinois Institute de Technology de Chicago (1950-1956) y un importante número de rascacielos que parecen grandes cajas de cristal en los que se puede percibir la devoción que Mies siente por las formas puras.
Mies van der Rohe: Pabellón de Alemania de la Exposición Universal de Barcelona. Reconstruido en 1986



2.3. Le Corbusier

Charles Edouard Jeanneret (1887-1965) como se llamaba en realidad Le Corbusier, nació en Suiza aunque la mayor parte de su obra se desarrolló en Francia. Trabajó en los estudios de Behrens, Perret y Hoffmann. Con ellos, especialmente con Perret, aprende a utilizar el hormigón armado. Uno de sus primeros proyectos es el de Las casas Dom-Ino, en las que ya se contempla la posibilidad de que se reprodujesen en serie. Le Corbusier fundó junto con Ozefant y su primo, Pierre Jeanneret, un estudio del que salieron las primeras propuestas urbanísticas (proyecto para una ciudad de tres millones de habitantes). En 1926 realiza una de sus obras más conocidas: La Villa Savoye (1929-1931), en Poissy (Francia) que consiste en una estructura de hormigón armado encalada (estuvo durante toda sus carrera influido por la arquitectura mediterránea) que se fundamenta en los cinco puntos que reúne su arquitectura:
  • Empleo de pilotis: el edificio no se asienta directamente sobre el suelo. Se trata de que esté lo más separado posible de la tierra, y se consigue, además, que este espacio sea transitable.
  • Terraza jardín: es factible gracias al uso del hormigón, con el que se realizan techos planos. Las uniones del techo de hormigón se rellenan con arena que protege de las oscilaciones térmicas.
  • La fachada libre.
  • Multiplicación indefinida de los vanos: los ventanales corridos están divididos por varillas metálicas y tienen mayor tamaño, llegan a invadir el muro, puesto que éste ya no tiene la función tradicional de actuar como muro de carga.
  • La planta libre: al variar la función tradicional del muro, tal y como hemos apuntado anteriormente, las plantas son muchísimo más libres.
Le Corbusier: Villa Savoye. Poissy

En 1948 publica una especie de tratado, Le modulor, en el que se recogen todas sus propuestas urbanísticas. Le Corbusier fue un gran teórico, pero no de carácter utópico, sino que la mayor parte de sus teorías se aplican en sus obras. Por ejemplo, en Le modulor estudiaba los movimientos de un hombre de 1,83 m de alto e intentaba que sus arquitecturas estuviesen realizadas a una escala humana y sirviesen para ajustarse adecuadamente a sus necesidades. Estas teorías tuvieron una aplicación inmediata en la Unidad de Habitación de Marsella (1946-1952), conjunto destinado a familias obreras, en el que se busca sobre todo la habitabilidad y la calidad a bajo precio. En ella, los bloques que la integran se disponen espaciosamente sin interferirse unos a otros y sin quitarse la luz.

Le Corbusier: Unidad de Habitación. Marsella

En 1950 se produce un importante cambio en la trayectoria de Le Corbusier. Se suaviza su Racionalismo y se aproxima al Organicismo. En 1955 realiza una de sus obras maestras: La iglesia de Notre-Dame du Haut en Ronchamp. Su planta es irregular y ondulante y los muros están ligeramente inclinados. Este edificio está cubierto con un gran elemento curvado que parece una inmensa hoja. En este caso, Le Corbusier recurre a la propia naturaleza para inspirarse. Distribuidas libremente a lo largo del muro se encuentran pequeñas ventanas de vidrios de colores que concentran la luz en puntos muy concretos del suelo. Parece, más que una arquitectura, una escultura gigantesca, en la que la exaltación de la materia y la búsqueda del dinamismo son los aspectos fundamentales. Existe mucho del Expresionismo en esta obra.

Le Corbusier: Iglesia de Notre-Dame du Haut. Ronchamp



3. EL ORGANICISMO: FRANK LLOYD WRIGHT

Por arquitectura orgánica debemos entender todas aquellas manifestaciones arquitectónicas que tratan de adecuarse y aliarse con la naturaleza. Esta idea la podemos encontrar en la arquitectura desde tiempos muy remotos, pero la verdadera formulación teórica del Organicismo la hace Frank Lloyd Wright (1869-1959), tal y como la indica Bruno Zevi:
  • El sentido de lo interior como realidad.
  • La planta libre como flexibilidad y continuidad de ambientes.
  • La unidad entre el exterior y el interior.
  • El uso de materiales naturales.
  • La casa como protección.
Con las aportaciones a la arquitectura de Wright, el Racionalismo comienza a ser olvidado y se ensayan nuevos caminos para la arquitectura. Él se encarga se oponer la curva a la línea recta, característica del Racionalismo.

Wright, desde muy pronto, se interesó e investigó las relaciones entre el hombre y la arquitectura, y de ésta última con la Naturaleza. Este arquitecto era de origen norteamericano, viajó por Europa entre 1909 y 1911 y trabajó en Tokio, donde conoció la arquitectura japonesa que le fascinaba, lo mismo que los templos mayas de Yucatán. De esto podemos deducir que la formación de Wright es cosmopolita y amplia. En la segunda mitad de los años treinta realizó la Casa Kaufmann o Casa de la Cascada (1936), bella simbiosis entre arquitectura y naturaleza.

Frank Lloyd Wright: La Casa de la Cascada. Pensilvania

En los últimos años de su vida experimentó con las formas curvas e imaginativas en las plantas como demostró magistralmente en el Museo Guggenheim de Nueva York (1943-1958). En este caso se esforzó por dotar al museo de dos aspectos fundamentales. En primer lugar, se encargó de que fuese un lugar luminoso en el que sobresaliese una luz controlada que no se refleje sobre la superficie de los cuadros. Por otro lado, quiso que fuese un espacio para disfrutar, un espacio agradable, que se recorre ascendiendo por una rampa y de un modo continuo que permite que el museo se transmite sin rupturas, como algo progresivo.

Frank Lloyd Wright: Museo Guggenheim. Nueva York



4. LA ARQUITECTURA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

4.1. Los años 50

A partir de la segunda mitad del siglo XX la nota que mejor define la arquitectura va a ser la diversidad.

Aparece en escena una serie de arquitectos que, siguiendo el ejemplo dado por Le Corbusier en sus últimas obras, interpretan la arquitectura como si de un objeto escultórico se tratase.

Este es el caso de Pierluigi Nervi (1891-1979), ingeniero de origen italiano que colaboró con Gio Ponti en la Torre Pirelli (1955-1959, Milán), un verdadero rascacielos de gran altura en el que se emplea el muro-cortina. Esta obra, no será, sin embargo, una de las que mejor represente su manera de interpretar la arquitectura. Basará la mayor parte de sus creaciones en tres aspectos: la cúpula esférica, la bóveda cilíndrica y los pilares inclinados en forma de "Y".

Pierluigi Nervi: Palacio de Exposiciones. Turín

En esta línea se encuentra Félix Candela, nacido en Madrid en 1910, pero afincado en Méjico, en donde realizó la mayor parte de sus obras, en las que recurre continuamente a las formas parabólicas.

Jorn Utzon, nacido en Copenhague en 1918, es el autor de la Ópera de Sydney (iniciada en 1957) tras ganar el concurso internacional de proyectos convocado a la sazón. Este edificio está realizado con inmensos cascarones blancos prefabricados de cemento armado colocados sobre una plataforma que avanza hacia el mar.

Eero Saarinen (1910-1961) realizó la Terminal aérea de TWA en el Kennedy Airport de Nueva York, obra inspirada en un gran pájaro con las alas desplegadas. Algunas de las primeras obras de Kenzo Tange se encuentran en esta misma línea (Piscina olímpica de Tokio, 1964).

Kenzo Tange: Estadio Olímpico. Japón

El Nuevo Brutalismo surge a partir de 1954 de la mano de los arquitectos ingleses Allison y Peter Smithson. El Brutalismo es, ante todo, una exaltación de los materiales y de su capacidad expresiva. La primera obra importante que podemos considerar brutalista es la Escuela de Hunstanton (1951-1954), en la que se dejan a la vista el ladrillo y el acero, así como las instalaciones (tuberías, conductos, etc.). En Estados Unidos estuvo representada por P. Rudoph y Louis Kahn. Sobre Kahn (1901-1974), artífice del Palacio de la Asamblea de Dacca en Pakistán, o el Centro para la comunidad judía de Trenton, dice Josep María Montaner: "La voluntad de trascendencia y permanencia que expresa su arquitectura se ve ligada a su influencia del pensamiento de Platón y Heiddeger, es expresión de su convencimiento de que la recuperación de la dignidad humana se va a producir a través de la dignificación de la arquitectura de las instituciones humanas".

En Italia encontramos gran variedad en el panorama arquitectónico. Sobresalen ejemplos como la Torre Velasco (1958) del grupo B.B.R.P. Se trata de una revisión del Racionalismo pero contemplando, al mismo tiempo, la tradición, puesto que está inspirada en la arquitectura medieval italiana, y exaltando la potencia matérica. Por otro lado, destaca la arquitectura de los barrios de la ciudad de Roma recogida en las películas del Neorrealismo italiano, y representada por arquitectos como Ridolfi o Vittorio Gregotti.

Alvar Aalto (1898-1976) representa la arquitectura finlandesa de este momento. En sus obra se funde el espíritu racionalista con la tradición popular y los materiales tradicionales, preferentemente madera. Son edificios cálidos y adecuados a la dimensión del ser humano, en los que es posible percibir la influencia de Wright. Realizó con éxito varios edificios de exposiciones.

Alvar Aalto: Edificio del Ayuntamiento. Helsinki


4.2. Los años 60

Los años 60 son tiempos de revolucionarios y de utópicas propuestas, dentro de las que sobresalen las de arquitectos japoneses, los más creativos e innovadores del momento. Ellos son quienes pondrán en funcionamiento las novedades tecnológicas que habían aparecido en aquellos años.

El urbanismo experimenta un extraordinario, pero sobre todo, revolucionario cambio. Se revisan los modelos urbanísticos vigentes en Occidente y se buscan soluciones alternativas. Una de las propuestas más interesantes y sorprendentes es la del Grupo Archigram, de origen inglés, procedente de la estética pop y del mundo del cómic, que llegó a diseñar una ciudad que se podía mover gracias a las patas de las casas que se asemejan a grandes naves espaciales.

Japón va a desempeñar un papel fundamental en estos años, realizando aportaciones extraordinarias. Uno de los arquitectos más interesantes es Kenzo Tange, que junto con Korokawa y Arata Isozaki, representan lo que se ha venido denominando Metabolismo que se fundamenta en los siguientes aspectos: 
  • Las megaestructuras: torres formadas por diversas células prefabricadas con forma de cubos o módulos que se van agregando a un eje central (Torre-cápsula de Nagakin de Kurosawa).
  • Vigas voladizas como elementos horizontales volados que refuerzan la sensación de horizontalidad de algunos edificios.
  • Mallas colgantes utilizadas sobre todo por un arquitecto alemán llamado Frei Otto (Pabellón de la República Federal Alemana en la Exposición Universal de 1967 en Montreal).
  • Se construyen edificios como grandes cajas cúbicas cerradas por muro cortina.
Este último elemento seguirá siendo esencial en la elevación de rascacielos, que durante estos años se van a continuar construyendo como fruto de las investigaciones, tanto tecnológicas como formales, que se estaban alcanzando en este terreno. Especialista en este tipo de construcciones es el Grupo S.O.M., autores del John Hanckock Center de Chicago. Ellos se encargaron de estudiar los mecanismos necesarios para dar mayor estabilidad a los rascacielos en caso de movimientos sísmicos.

Grupo S.O.M.: Torre Sears, Chicago.

Antes de finalizar nos referiremos a Richard Fuller (1895-1983) que, en 1967, hizo el pabellón de los Estados Unidos en la Exposición de Montreal. Se trata de un espacio cubierto con una imponente cúpula geodésica que le llevó muchos años de investigación.


4.3. La arquitectura posmoderna

Charles Jencks se encargó de codificar y de resumir los aspectos fundamentales de la arquitectura posmoderna. En su obra El lenguaje de la arquitectura posmoderna traza un árbol genealógico de la misma y establece los elementos que dan paso a la Posmodernidad. Durante los años 80 se revitaliza un tema que había permanecido olvidado prácticamente desde los comienzos del siglo XX: la pervivencia de la arquitectura clásica.

Venturi y Aldo Rossi son dos de los arquitectos más representativos de la Posmodernidad. Robert Venturi nació en Filadelfia en 1925. Está muy próximo al Pop-art y al Archigram y absolutamente opuesto al movimiento Moderno. Sus obras son eclécticas, ambiguas e irónicas y demuestran su preocupación por la relación función-forma. Entre sus creaciones más interesantes se encuentra la Venturi House (1962), en Chesnut Hill.

Aldo Rossi (1923-1997) fue redactor de la revista italiana Casabella. La mayor parte de sus edificios se caracterizan por la simplicidad, el orden simétrico de las fachadas, la pureza de sus líneas, incluso, podemos hablar de Clasicismo dado que respeta las leyes clásicas de la composición. También se le ha considerado un neorrealista. Su arquitectura se debe relacionar con la pintura metafísica de Giorgio de Chirico, que en sus cuadros pinta arquitecturas muy similares a las que hizo Rossi: arcos de medio punto, edificios rojizo que es la misma tonalidad que tienen algunas de las obras de Rossi al utilizar el ladrillo, etc. A través de la clasificación de la arquitectura posmoderna en los años 80 que hizo Jencks, arquitecto y teórico norteamericano, podemos ir citando y conociendo a algunos de los arquitectos más interesantes de este momento y su postura con respecto a la arquitectura clásica:
  • Irónico: se emplean elementos clásicos sueltos, inconexos, deslabazados, con una gran dosis de ironía. En este caso se encuentran Graves (Ayuntamiento de Portland) y Moore (Plaza de Italia en Nueva Orleans).
  • Latente: del Clasicismo toman los principios de organización de los elementos, pero no los elementos en sí ni su vocabulario formal.
  • Fundamentalista: se trata de extraer los elementos geométricos esenciales, la esencia misma del Clasicismo, sus rasgos fundamentales. Dentro de este grupo están Aldo Rossi y el arquitecto español Rafael Moneo.
  • Canónico: la postura más retardataria de todas ellas. Es la que más cercana está de todas al revival. Tiene gran incidencia en países como Reino Unido y Estados Unidos. Ricardo Bofill es un buen ejemplo de ello.
  • Moderno: dentro de esta línea se plantea que lo clásico es un ideal permanente que se puede compatibilizar con nuevas teorías en una especie de eclecticismo.
Rafael Moneo: Aeropuerto de Sevilla


5. LAS ÚLTIMAS PROPUESTAS: DECONSTRUCCIÓN Y HIGH TECH

En el grupo de los Five Architects, formado por Meier, Hejduk, Tafuri y Graves, se incluye Peter Eisenman, uno de los arquitectos más revolucionarios e interesantes de nuestro siglo. Es el punto de partida de la Deconstrucción, que propone la disgregación del edificio. La función se separa definitivamente de la forma. Por este motivo, Eisenman realiza arquitecturas que son puras formas en las que no existe un eje o un punto central, sino que éstas se diseminan libremente en el espacio, no teniendo por qué estar dotadas de función alguna. Él se preocupa, única y exclusivamente, de experimentar con las formas, en las que introduce el color. En el año 88 se celebra una exposición en el MOMA  de Nueva York sobre la Deconstrucción, de la que formaban parte varios autores, entre ellos Frank Gehry (autor del edificio que acoge la colección de la Fundación Guggenheim en Bilbao, 1997), quien está bastante relacionado con el Arte Pop y es el autor de edificios realizados con materiales poco nobles y de grandes volúmenes superpuestos.

El High Tech, otra de las propuestas arquitectónicas más recientes, está basado en el uso de tecnología punta, de los más nuevos adelantos tecnológicos. Esta corriente está representada por Renzo Piano y Richard Rogers; juntos realizaron el Centro de Arte Contemporáneo Georges Pompidou de París en el que se emplean materiales muy sofisticados y no se ocultan los elementos estructurales (las escaleras metálicas van por el exterior del edificio). Norman Foster (nacido en 1935) también se encuentra en esta línea, pero no hace tanta ostentación d ella tecnología. Se decanta por la utilización de volúmenes limpios y muros de cristal, en los que durante el día se refleja el entorno del edificio. Jean Nouvel (Fumel, Francia, 1945), autor del Instituto del Mundo Árabe (1981-1987), participa de las ideas de los arquitectos que utilizan las nuevas tecnologías.

Rogers y Piano: Fachada del Centro de Arte Contemporáneo Georges Pompidou. París

Jean Nouvel: Instituto del Mundo Árabe. París




LAS CONSTRIBUCIONES DE LA BAUHAUS A LA ARQUITECTURA DEL SIGLO XX

"La paradoja que surge de la historia turbulenta de la Bauhaus es que aunque fue fundada con un espíritu que reconocía una importancia suprema en el edificio, durante los primeros ocho años, no se estudió la arquitectura en su justo lugar. A pesar de todo, todavía se hace sentir su influencia en la utilización de componentes prefabricados producidos en masa y en el diseño funcional de muchas de las nuevas viviendas de hoy. La Bauhaus también contribuyó a cambiar la manera en que se enseña arquitectura, sobre todo en los Estados Unidos, al ofrecerles a los estudiantes un entretenimiento práctico en las artes y los oficios, favoreciendo que el Modernismo fuese una de las materias que se impartieran en las clases".

(PEEL, L. Arquitectura del siglo XX, 1989) 



A FONDO

EL MUSEO GUGGENHEIM DE BILBAO
FRANK O. GEHRY
  
Frank O. Ghery nace en Toronto, Canadá, en 1929 y cursa estudios de Arquitectura en la Universidad de Southern California. Desde 1991 es miembro de la Academia americana de Artes y Ciencias. Sus obras se reparten por Estados Unidos, Europa y Japón y, en todas ellas, la creatividad y la desbordante fantasía son la nota predominante.

En Octubre de 1993 se inicia la construcción del Museo Guggenheim de Bilbao. Para llevar a cabo este proyecto se invierten, aproximadamente, unos 140 millones de euros. Se trata de un espacio que alberga una parte de la colección Guggenheim, una colección privada formada por obras de arte de finales del siglo XIX y de todo el siglo XX. Las otras sedes de la colección se encuentran en Nueva York, en un edificio que es obra de Frank Lloyd Wright, y en Venecia.

Los materiales fundamentales utilizados para su construcción son la piedra, parte de la cual es una piedra caliza bastante compacta de color ocre traída desde Granada, el cristal, los tubos metálicos, que constituyen el esqueleto de esta colosal obra y 33.000 placas de titanio, cuyo peso es de unas sesenta toneladas. Estas placas revisten la superficie del museo y se unen unas a otras mediante grapas. Para llegar al museo se debe atravesar el puente de La Salve que cruza la ría del Nervión. Una vez en el interior del mismo los puntos más importantes son:
  • El atrio: un área acristalada que se eleva más de 30 metros por encima de la ría. El punto de referencia que Gehry tomó para su realización es la película Metrópolis de Fritz Lang, a la que se alude en la unidad 27.
  • El Palio: es una immensa columna de hormigón.
  • La "bota": en su interior están las escaleras del atrio.
  • El jardín acuático: en el que está programada la realización de La fuente de fuego, una creación de Yves Klein consistente en tres surtidores de los que saldrán llamas de colores.
  • La galería 202: un espacio de 300 metros cuadrados.
  • Área de oficinas y administración Potemkin.
  • Fish o Volumen M3: en el que tendrán lugar las exposiciones temporales.
  • La Torre: se trata de un elemento decorativo y simbólico carente de funcionalidad. No está recubierta, como la mayor parte de la superficie del museo, por placas de titanio, sino que el esqueleto estructural de tubos está revestido con láminas de piedra caliza.

La iluminación, uno de los elementos clave en un museo, está cuidada con esmero. La mayor parte de las galerías están dotadas de lucernarios en los que la cantidad de luz deseada se puede regular gracias a unas cortinas motorizadas.

El aspecto exterior del museo es el de una inmensa escultura de formas ondulantes y dinámicas que invitan a pensar en el arte futurista y en la arquitectura de la Deconstrucción.

Desde el momento en que se idea hasta su inauguración, en octubre de 1997, mucho se ha escrito sobre él. Una de las interpretaciones, entendemos, más interesante, es la expresada por Rafael Moneo, uno de los arquitectos españoles más importantes y creador del Museo de Arte Romano de Mérida, tomada del diario El Mundo del 18 de octubre de 1997: "Con el Guggenheim, la arquitectura se convierte en espejo de la sociedad, probando que un edificio es capaz de asumir una forma simbólica, que puede representar un ambicioso programa. (...) Pero no sólo se trata de subrayar el modo en que el edificio de Gehry cumple con el deseo de dar forma a la esperanza. El Guggenheim de Bilbao muestra, una vez más, el talento de Gerhy para enfrentarse a los problemas específicos y, en particular, su talento como urbanista: Gerhy ha pretendido que el Guggenheim fuese un nexo de unión, más allá de lo simbólico, en la fragmentada ciudad que hoy es Bilbao al provocar desde el interior una visión cruzada de la ciudad que nos hace sentir que el Museo Guggenheim va a ser, en efecto, el nuevo corazón, el centro de gravedad de un Bilbao renovado". Esta obra demuestra que uno de los principales objetivos de la arquitectura del siglo XX y, al mismo tiempo, uno de sus principales campos de experimentación son los espacios museísticos.





CITAS

La Fábrica Fagus
"Su proyecto supera netamente al de Behrens para la AEG. Sólo algunos detalles de las ventanas muestran la influencia de aquél. Por primera vez se concibe la fachada entera de vidrio".
Pevsner

"No puede comprenderse el fenómeno brutalista sin darse cuenta de que la nueva historiografía artística ha penetrado en profundidad en el pensamiento arquitectónico progresivo y en los métodos de enseñanza, así como en el propio lenguaje adoptado en las relaciones entre arquitectos y críticos".
Banham

"La forma de un edificio no se desarrolla a partir de las condiciones materiales de un objetivo. Un edificio no tiene por qué revelar su función utilitaria, no es expresión de una estructura y de una construcción, no es refugio ni cobertura. Un edificio es él solamente".
Venturi


GLOSARIO

Muro-cortina
A partir de el momento en que el muro pierde, en cierta manera, la función sustentante, los materiales tradicionales pueden ser sustituidos por otros más ligeros, generalmente, vidrio. De esta manera el muro-cortina es una simple separación entre el interior y el exterior del edificio.

Cúpula geodésica
Son grandes esferas realizadas con pequeños tetraedros de aluminio, bastante económicas al tiempo que livianas y resistentes. Permitían cubrir grandes espacios con pocos puntos de apoyo.

martes, 26 de abril de 2016

El Modernismo

El paso arquitectónico del siglo XIX al XX está representado por la arquitectura modernista. Ésta encarna a la perfección las ideas de personajes que, como Morris o Ruskin, pedían una transformación de las artes. La clave de tal regeneración podía estar en la Edad Media y en el regreso a un arte bello y personalizado, alejado de las producciones industriales vulgares, deshumanizadas y poco refinadas. Esto no significó un rechazo ante las aportaciones de los nuevos materiales y técnicas, sino que condicionaron un cambio en los criterios y en la actitud estética.

La arquitectura modernista supuso, además, la liberación estilística. Los arquitectos no desean seguir mirando al pasado y buscar edificios libres de referencias historicistas. En este sentido, se preludia algo que culminará, con grandes esfuerzos, en la arquitectura del siglo XX.

Wagner: Casa de las Mayólicas. Viena


1. ¿QUÉ ES EL MODERNISMO?

Con el término Modernismo se designa un movimiento surgido entre finales del siglo XIX y principios del XX en Europa y en los Estados Unidos, que afectó especialmente a la arquitectura y a las artes decorativas.

Los orígenes y las causas de la aparición de este movimiento se encuentran en la Revolución Industrial, contra la que reaccionaron ardientemente personajes como William Morris _muy vinculado al movimiento prerrafaelita_. Morris creó el Arts and Drafts (Artes y Oficios) puesto que él, dada su adhesión al pensamiento Socialista utópico (recordemos a Saint Simon, a Fourier o a Robert Owen), estaba convencido de la necesidad de un profundo cambio social. El regreso al trabajo artesano era, para él, la mejor manera de combatir la alienación del trabajo capitalista. Los productos que salían de la industria eran feos e impersonales. Estas afirmaciones no suponían que rechazase la máquina, pero sí que se debatiese sobre el enfrentamiento arte-industria.

La consecuencia lógica de la producción artesanal de los objetos y de las obras de arte fue un notable encarecimiento de sus precios, siendo estos inaccesibles para la mayor parte de la población. El Modernismo se convierte, así, en el arte de la burguesía urbana y cosmopolita, lejos del alcance de la mayor parte de las clases populares.

El Modernismo busca la belleza aplicada a todos los órdenes de la vida. Este planteamiento afectó, no sólo a la arquitectura, escultura y pintura, sino que también se realizaron bellísimos diseños de objetos que forman parte de la vida cotidiana como el papel pintado que decoraría las casas, las vajillas, el mobiliario, jarrones, joyas y ropa.

Paul Nicolas: Jarrón. Casa Lis. Salamanca

Se buscaba, como ya se haba hecho en momentos anteriores, el arte total, la unificación de todas las manifestaciones artísticas, y que éstas quedasen englobadas bajo la arquitectura, en la que no se renunció al empleo de los nuevos materiales que la Revolución industrial había aportado. De esta manera, los modernistas, más que un enfrentamiento entre el arte y la industria, lo que perseguían era una alianza entre ambos, una unión que permitiese alcanzar la belleza en todos los ámbitos de la vida. La arquitectura modernista nunca enmascara los elementos estructurales, sino que aparecen al descubierto, como ya se ha hecho y como se seguirá haciendo a lo largo de todo el siglo XX.

El Modernismo reacciona además contra la arquitectura que se va imponiendo como mayoritaria en el siglo XIX, que se caracterizaba por una constante búsqueda de la inspiración en el pasado. Asimismo, se interesa por la naturaleza y sus formas, de las que acentúan el carácter metamórfico y las grandes posibilidades decorativas que estas ofrecen. Determinados animales (libélulas, cisnes, mariposas, etc.) y las flores son los motivos decorativos preferidos por los modernistas.

Gallé: Jarrón. Casa Lis. Salamanca

En la arquitectura modernista cabe destacar la presencia de dos tendencias. Por un lado, surge una arquitectura más expresiva, en la que se prefiere la línea curva y las formas ondulantes (Bélgica y Francia), mientras que existe una segunda vertiente en la que se opta por la línea recta, la simplificación y la geometrización que la aproximan a la arquitectura racionalista, de la que nos ocuparemos más adelante (Gran Bretaña y Austria).

Modernismo es el término que se ha establecido para hablar genéricamente de este movimiento, puesto que es el nombre que recibió en España, pero lo cierto es que adoptó diferentes nombres según el país en el que se manifestara. En Francia se le llamó Art Nouveau, en Bélgica el Velde Stile, en Italia Liberty o Estilo floral, en Gran Bretaña Modern Style, en Alemania Jugendstil y en Austria Sezessionstil.

El Modernismo se difundió, en gran medida, a través de las Exposiciones Universales, en este sentido, una de las más importantes fue la de Turín de 1902. 


2 . MODERNISMO ONDULANTE: FRANCIA Y BÉLGICA

Analizaremos conjuntamente el Modernismo en Francia y en Bélgica, puesto que en ambos casos se produce un predominio de la línea curva y una exaltación de los valores expresivos sobre cualquier otra cosa. Esta manera de interpretar la arquitectura será recuperada por los expresionistas, por Wright y por Le Corbusier en algunas de sus obras.

Victor Horta (1861-1947) es quien mejor encarna el Modernismo en Bélgica. Aunque era de origen belga, realizó sus primeros estudios en París. En 1892 ejecutó la que es su obra más emblemática, la Casa Tassel en Bruselas. Dentro del mismo podemos admirar su bella escalera de hierro visto que decoró con elementos vegetales del mismo material que, con un ritmo ondulante, recorren las superficies. Esta obra se convirtió en el punto de referencia obligado para muchos arquitectos modernistas. Su siguiente obra es la Casa Solvay (1895-1900) y, más tarde, la que es considerada su obra maestra, la Casa del Pueblo (1896-1899), realizada para albergar las oficinas del sindicato socialista y que, desgraciadamente, fue destruida años más tarde. En ella, Horta consiguió algo que buscaron otros muchos arquitectos modernistas, transmitir al exterior la forma y los volúmenes del interior del edificio, poner de manifiesto la estructura del mismo. Modificó el sentido del muro tradicional, no sólo por el empleo masivo del vidrio y el hierro que venían a sustituir a materiales que se habían utilizado de una manera sistemática a lo largo de la Historia de la arquitectura, sino también por las ondulaciones de la fachada, que introducen el dinamismo como pieza clave de este arte. Además, consiguió que este nuevo edificio no fuese discordante en su entorno, realizado muchos años antes.

Victor Horta: Casa del arquitecto. Bruselas

El otro gran arquitecto del Modernismo en Bélgica fue Henri van de Velde (1863-1957) que sobresalió como arquitecto y diseñador. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Amberes y más tarde en París, donde conoció a un buen número de pintores impresionistas y simbolistas y a Gauguin, quien causó gran impacto en él. Siguió fervientemente las teorías de Ruskin y, especialmente, las de William Morris. A diferencia de éste, consideraba que la máquina era una pieza clave en el arte que podía ayudar notablemente a una regeneración del mismo. En 1896 realizó su primera creación arquitectónica: la Casa Bloemenwerf (1896), para la que también diseñó el mobiliario. Dos exposiciones, en París y Dresde, contribuyeron a difundir su fama. En 1898 fundó su propio taller de artes aplicadas.  

Hector Guimard (1867-1927) es el arquitecto más interesante del Art Nouveau francés. En París construyó el Castel Béranger (1897-1898), un complejo de casas de alquiler que recuerdan a las obras de Victor Horta (1902) y las entradas del metro parisino.

Guimard: Boca del metro. París


3. MODERNISMO "RACIONALISTA": GRAN BRETAÑA Y AUSTRIA

Tanto en Gran Bretaña como en Austria, el Modernismo se decanta por el predominio de la línea recta que anuncia la arquitectura racionalista de los años veinte y treinta.

El mejor representante del Modern Style es Charles Rennie Macintosh (1868-1928) quien, contradiciendo la voluntad de su padre, decidió estudiar arquitectura en la Academia de Arte de Glasgow. En 1896 ganó el concurso para la realización del nuevo edificio de la escuela de Arte de esta ciudad. Ejecutó una obra de líneas puras y limpias en la que el predominio de la geometría es total, sin que ello suponga un detrimento de la creatividad. La planta es rectangular y compacta, los materiales autores y simples y los volúmenes netos. Estaba influido por los castillos y las casas solariegas escocesas. Sus diseños de muebles eran conocidos entre los arquitectos europeos del momento como Hoffman y Olbrich. 

En Austria el Modernismo, conocido con el nombre de Sezession, estuvo representado por un nutrido número de arquitectos entre los que sobresale Otto Wagner (1841-1918) quien estudió en Viena y Berlín, pero siempre en ambientes estrictamente académicos. En 1894 llegó a ser profesor de la Academia de Viena, en donde pronunció un discurso de ingreso que reflejaba cuáles eran sus ideas con respecto a la arquitectura: ésta debía ser racional, adecuarse a la función para la que es concebida y, al mismo tiempo, separase de todo lo hecho hasta este momento, romper con la tradición. Era muy amigo de Olbrich, con quien trabajó durante casi cinco años. En 1889 construyó la Casa de las Mayólicas.

Wagner: Casa de las Mayólicas. Viena

Joseph Maria Olbrich (1867-1908) fue un estrecho colaborador de Wagner. Ambos compartían muchas ideas sobre la arquitectura. Estudió en la Academia de Viena y años más tarde ganó el premio de Roma, de donde regresó para trabajar al lado de Wagner. Olbrich realizó en 1897 el edificio de la Sezession. Con él colaboraron un grupo de jóvenes artistas integrado, entre otros, por el pintor Klimt y el arquitecto Hoffman. Se trataba de un edificio de planta cuadrada cubierto por una cúpula calada y dorada hecha de láminas metálicas, un espacio de formas limpias que le granjeó gran fama y a resultas del cual le comenzaron a hacer muchos encargos como el monumento fúnebre de la familia Von Klarwill (1898).

Olbrich: Edificio de la Sezession. Viena

El tercer gran representante de la arquitectura modernista austriaca es Joseph Hoffman (1870-1956). Se formó como discípulo de Wagner. Se le conoce como arquitecto, además de ilustrador y decorador. Como arquitecto demostró gran interés por las formas geométricas y el contraste entre el blanco y el negro. Además de colaborar en la construcción del edificio de la Sezession, realizó el Palacio Stocklet de Bruselas, su obra más conocida. En ella empleó mármoles blancos, ventanas sin molduras, elementos que, en general, pueden ser calificados como de máxima modernidad. El interior está decorado con mosaicos de Klimt del que hablaremos a continuación.


4. GUSTAV KLIMT Y OTROS PINTORES PRÓXIMOS AL MODERNISMO

El pintor Gustav Klimt estuvo a lo largo de su vida bastante vinculado al Modernismo en Austria, no en vano fue el primer presidente de la Sezession y, aunque es bastante difícil pretender etiquetar su obra, es, quizá, está corriente estética a la que más se aproxima.

Gustav Klimt (1862-1918) era hijo de un orfebre y grabador. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Viena y, hasta 1879, participó con su hermano en diversos trabajos de decoración.

Durante cierto tiempo, tras abandonar la pequeña empresa familiar, su obra pictórica fue escasa, hasta que, en 1897, volvió a entrar en contacto con el arte formando, junto a otros artistas de los que ya hemos tenido ocasión de hablar, la Sezession vienesa, de la que fue uno de los miembros más destacados.

Viajó por gran parte de Europa; en Italia, más concretamente en Rávena, aprendió la técnica del mosaico. Uno de sus encargos más importantes es el de los murales para la Universidad de Viena, conjunto en que representó los ciclos decorativos de la Filosofía, la Medicina y la Jurisprudencia y El friso de Beethoven para la exposición de la Sezession de 1902. En este último podemos apreciar las influencias de la obra de Mackintosh.

La cumbre de su estilo es, quizá, la decoración del Palacio Stocklet de Bruselas para la que realizó El árbol de la vida. De 1905 es su obra Las tres edades de la mujer que exhibió en la Exposición de Arte de 1908 junto a El beso en la que emplea materiales muy ricos que cuida con esmero y en la que los elementos decorativos ocupan un lugar preponderante.

Klimt: Las tres edades de la mujer. Galería Nacional. Roma

Klimt: El beso. Österreichische Galerie. Viena

Pintó algunos paisajes que se caracterizan por un fuerte sentido de lo geométrico y retratos de enorme belleza, especialmente los femeninos, de entre los que sobresale el de Judith.

Klimt: Judith I. Österreichische Galerie. Viena

Klimt conocía e intercambiaba experiencias artísticas con otros artistas como Oskar Kokoschka y Egon Schiele (1890-1918). Este último es un pintor bastante próximo a Klimt desde el punto de vista estilístico. En los personajes de sus obras se refleja la angustia y la desesperación, sensaciones capturadas por un vigoroso dibujo. También destacó como paisajista. 



5. EL MODERNISMO ESPAÑOL

5.1. Aspectos y autores del Modernismo español

En nuestro país convivieron las dos tendencias del Modernismo que hemos visto en otros países. Dentro del panorama artístico español de este momento brilla con particular protagonismo la figura de Antoni Gaudí. Cataluña es el lugar en el que el Modernismo alcanzó una mayor fuerza e interés, aunque esto no quiere decir que no aparezcan relevantes ejemplos modernistas en otros lugares.

Lluís Domènech i Montaner (1850-1923) estudió arquitectura en Barcelona. Entre sus primeros trabajos se encuentran, por un lado, una serie de edificios en el ensanche barcelonés y, por otro, la participación en varios concursos. En 1888, con motivo de la Exposición Universal celebrada en Barcelona, hizo el café-restaurante El Castells des Tres Dragons, hoy museo de Zoología. El edificio está dentro de un estilo claramente neogótico pero bastante racionalista y severo, en el que predominan las líneas rectas. En 1905 recibe el encargo de construir la Casa Lleó-Morera y en 1905-1908, la que es considerada su obra maestra: El Palacio de la Música, espacio en el que pretendió reflejar la esencia cultural de Cataluña. Está decorado con elementos vegetales que recuerdan al Modernismo de Horta. Juega con la curva y la contracurva, con las posibilidades expresivas de los nuevos materiales como el hierro y el vidrio, que no se molesta en ocultar. Exalta la riqueza de las tradiciones y de los objetos realizados artesanalmente. Las vidrieras son obra de la firma Rigalt, Granell & Cía., las esculturas de Eusebi Arnau y los bustos interiores de Clavé. Beethoven y un grupo de walkirias pertenecen al escultor Pablo Gargallo. 

Domenech i Montaner: Casa Lleó-Morera. Barcelona

Domenech i Montaner: El Palacio de la Música. Barcelona

Josep María Puig i Cadafalch (1867-1956) era un gran conocedor de la tradición arquitectónica de nuestro país que combinó, en una misma arquitectura, el Románico, el Mudéjar, el Barroco, el Plateresco y el Gótico. No en vano sobresalió como historiador del arte, en calidad de lo cual nos dejó su obra La arquitectura románica en Cataluña, obra que, aún hoy, es considerada referencia fundamental para conocer la arquitectura catalana del citado estilo. Entre sus más importantes obras se encuentra la Casa Amatller (1899), con una fachada extremadamente plana y alejada de la arquitectura de Gaudí, más voluminosa y dinámica.

Puig i Cadafalch: Casa Amatller. Barcelona

Joan Martorell i Montells (1833-1906) y Jujol i Gibert (1879-1949) formaron parte de este brillante grupo de arquitectos modernistas catalanes. Martorell conoció muy bien las ideas de Viollet-le-Duc, lo que le valió ser uno de los grandes representantes del Neogótico en Cataluña. Jujol colaboró estrechamente con Gaudí cuidando con detalle todos los elementos decorativos de sus edificios. Entre su producción destaca la fachada de la Casa Batlló (1907) y las barandillas de la Casa Milá. También intervino en algunos proyectos de restauración como el del Monasterio de Pedralbes.

En Madrid se conserva un bellísimo ejemplo de lo que fue el Modernismo fuera de Cataluña: el Palacio Longoria (actual sede de la Sociedad General de Autores), de José Grases Riera

Grases Riera: Palacio Longoria. Madrid


5.2. Antoni Gaudí

Gaudí (1852-1926) es el más original y, también, el más importante de los arquitectos modernistas de nuestro país. Su creatividad ha rebasado nuestras fronteras convirtiéndolo en uno de los arquitectos españoles más conocidos. Sus primeros estudios los realiza en las Escuelas Pías de San José de Calasanz (Escolapios). Más tarde se marcha a Barcelona desde Reus, su ciudad natal, para estudiar en la escuela de Arquitectura. Desde un primer momento se interesó por las ideas de Ruskin y Morris, impulsor este último de un arte total, objetivo prioritario, también, de la obra gaudíana.

Las primeras obras de Gaudí se desarrollan bajo la influencia del historicismo y de la arquitectura de Viollet-le-Duc, asimismo manifestó una visión muy personal del Mudéjar y del Gótico. Entre sus primeras creaciones sobresalen la Casa Vicens (1883-1888) _mandada hacer por el fabricante de azulejos Manuel Vicens Montaner, en la que se funden las influencias mudéjares y lo oriental, y se comienza a preocupar por dar a cada material el tratamiento oportuno_, y el Capricho de Comillas, (1883-1885, Cantabria), que recuerda a un minarete musulmán. En 1886 comienza a construir el Palacio Güell, en 1889 el Palacio Episcopal de Astorga (León), de clara inspiración neogótica, y el Colegio de las Teresianas _también en Barcelona_, realizado en piedra y ladrillo. En esta obra, las dificultades y la escasez económica se compensan con la creatividad y la originalidad de los arcos parabólicos y la modernización del lenguaje mudéjar. También es neogótica la Casa Botines, en León, encargada en 1892 por una empresa catalana dedicada al comercio de tejidos. En el exterior, se puede admirar una escultura de san Jorge alanceando al dragón, un tema muy medieval y, al mismo tiempo, muy catalán.

Gaudí: Casa Vicens. Barcelona

Tras un largo período, influido por el Neomedievalismo, decide abandonar este camino y comienza a interesarse por las formas orgánicas. Esto sucedería entre los años 1900 y 1917, el periodo más creativo de su carrera. En estos momentos inicia el Parque Güell (1900-1914). Güell fue para Gaudí una especie de mecenas contemporáneo que le hizo un gran número de encargos, entre ellos el de una colonia urbana que nunca se llegó a finalizar. En la entrada al parque empleó colosales columnas pétreas inclinadas que se disponen unas muy próximas de las otras, como si de una moderna sala hipóstila se tratara. Emplea cubiertas de formas bulbosas y originales chimeneas. En este caso persigue la fusión entre la arquitectura y la naturaleza que le inspira. Construyó la Casa Batlló entre 1904 y 1906. Esta obra no es íntegramente suya sino que es la reforma de una casa ya existente en el paseo de Gracia que Enric Batlló, industrial textil y dueño del inmueble, encomendó a Gaudí. Hizo algunas modificaciones en la distribución interior de la misma y recubrió la fachada con trenzados, para lo que contó con la inestimable ayuda de Jujol, con el que colaboró en múltiples ocasiones. En 1906 se enfrentó a la realización de la Casa Milá, también conocida como la Pedrera por los barceloneses, nombre originalmente despectivo que reflejaba que no era muy del agrado del público, aunque hoy sea considerada una de sus obras más geniales. En ella se ensayaron soluciones constructivas de una gran originalidad: se cambiaron los muros de carga por el entramado metálico, elementos ambos que permiten crear una planta libre de formas ondulantes. En la parte superior se situaron chimeneas de formas bulbosas. Igualmente ingeniosa es la iglesia de la colonia Güell, que podría ser tomada como obra perteneciente a la arquitectura expresionista o incluso al Brutalismo por la exaltación del material que Gaudí hace en ella. Las vastas columnas monolíticas, que recuerdan al arte prehistórico, confieren al conjunto un aspecto global de rusticidad. 

La Sagrada Familia fue un encargo de la asociación de devotos de san José después de que, en 1908, Francisco de Paula y Villar decidiese abandonar la obra que, en principio, le había sido encomendada. Hoy está inacabada puesto que Gaudí sólo llegó a construir una pequeña parte de la misma. Las influencias del Gótico son innegables, pero también es muy cierto que ha sido revisada bajo el personal estilo de Gaudí. 

Gaudí: La Sagrada Familia. Barcelona



LA OBRA DE GUIMARD

"El mayor exponente de todos ellos fue Hector Guimard (1867-1942), diseñando las entradas para el sistema de metro de París, así como un gran número de casas destacadas. Su Castel Béranger, acabado en 1898, desarrollaba motivos florales que recordaban a Horta y, de hecho, era posterior a una visita a Bélgica. A pesar de ello, Guimard trabajaba con hierro fundido y también con hierro forjado, a diferencia de Horta: éste había facilitado el material básico para las numerosas entradas de metro y las taquillas que Guimard diseñaría a partir de 1900. Las entradas constituían inspirados trabajos de fantasía, consistentes en una abertura sobre la que pendía el signo metropolitano y a cada lado, unos tubos gigantes acabados en lámparas florales. El contraste que dichos trabajos suponían con la dignidad histórica de los edificios situados enfrente enfurecía a muchos". 

(GARRET, A. Introducción a la arquitectura del siglo XX, 1989)




A FONDO

EL PARQUE GÜELL... BARCELONA
ANTONIO GAUDÍ

El Parque Güell es una de las obras maestras de este genial catalán. En este caso, Gaudí crea una nueva arquitectura que se aparta definitivamente de todo lo que había hecho con anterioridad. Rompe con las referencias historicistas para sumergirse de lleno en un estilo muchísimo más personal y creativo que marcará un hito.

Este jardín fue mandado construir por Eusebi Güell, que desempeñó el papel de mecenas en la vida de Gaudí. Es posible que Güell conociese el concepto de ciudad-jardín durante uno de sus viajes por Inglaterra y trató de que Gaudí lo recrease en el Parque Güell. Esta idea de la ciudad-jardín es muy característica de las ciudades en las que la Revolución industrial había alcanzado un importante desarrollo. En estos casos se planteaba la necesidad de humanizar las ciudades, de revalorizar la vida en el campo. Así, Robert Owen impulsó la idea de crear comunidades en las que se pudiese disfrutar de las ventajas tanto del campo como de la ciudad, comunidades que fuesen autosuficientes pero manteniendo siempre una relación armónica con la naturaleza. En Francia, estas ideas cristalizan en la aparición de jardins ouvriers, mientras que en España el ejemplo más significativo es el Parque Güell.

En el año 1899, el industrial catalán compró unos terrenos en el término de Gràcia y en 1902 adquirió otra finca de 15 hectáreas en la que, con anterioridad, había existido un monasterio medieval. Allí planeó la revalorización de una ciudad-jardín cerrada por un muro perimetral, a la que se podía acceder por una puerta principal y otras tres secundarias. El espacio estaba dividido en sesenta parcelas que albergarían a idéntico número de familias. Finalmente, tan sólo Güell, Gaudí y Martín Trías llegaron a establecerse aquí. En 1925, el ayuntamiento de Barcelona compró el parque para destinarlo a jardín público de la ciudad de Barcelona.

Para la realización del parque se contó con la colaboración de Francesc Berenguer y de Josep Jujol, que trabajaban de manera habitual con Gaudí.

Todo el espacio está rodeado por un muro aparejado con piedra y revestido con cerámica. En él es posible ver medallones en los que se lee "Park Güell", en inglés, por sugerencia de Eusebi Güell. La entrada está flanqueada por dos pabellones diferentes entre sí pero con tratamiento similar, uno para los guardeses y otro para la administración, los teléfonos y la sala de espera. De aquí se pasa a una gran escalinata con doble entrada que se adapta a la irregularidad del terreno y que nos lleva a la sala hipóstila. En el centro de la escalera hay una fuente decorada con fragmentos cerámicos irregulares y de intensos colores culminada por un dragón, pieza clave de la iconografía medieval catalana. 


La sala hipóstila rinde un tributo a Güell, apasionado de la arquitectura clásica que será revisada desde el particular punto de vista gaudíano. Sobre las toscas columnas se sitúa el mirador, limitado por un banco corrido que describe una línea ondulante, "un golpe de látigo" en el que se juega con la curva y la contracurva, recubierto con fragmentos cerámicos que van desde los colores fríos a los cálidos. El color y la integración de la obra arquitectónica en el entorno natural son las preocupaciones esenciales de Gaudí en este conjunto.

En algunas partes del parque es posible percibir, no sólo la ruptura con el pasado que supone la independencia con respecto a la tradición clásica, sino el anuncio de nuevas maneras de entender la arquitectura. La fuerte exaltación matérica nos habla de la proximidad del Brutalismo y la simbiosis perfecta entre naturaleza y arquitectura, la voluntad de no querer alterar las formas caprichosas del entorno natural, sino de conocerlas y respetarlas, nos permite relacionar esta obra con el Organicismo de Wright.





CITAS 

"Observo los movimientos corporales de las montañas, el agua, los árboles y las flores. Todo evoca movimientos similares a los del cuerpo humano, parecidos a las alegrías y las penas en las plantas".
Schiele



GLOSARIO

Louis Comfort Tiffany
Fue un diseñador estadounidense que creó piezas de vidrio, especialmente lámparas y joyas de una gran belleza que han pasado a la Historia del Arte y que, en la actualidad, son muy cotizadas en el mundo de los anticuarios. Están inspiradas en las formas caprichosas de la naturaleza y poseen una extraordinaria creatividad.

Las entradas del metro parisino
Son algunas de las obras que más fama han dado a este arquitecto. De ellas sobresalen las balaustradas y los apoyos de las lámparas, que adquieren formas vegetales y animales muy imaginativas y caprichosas. No fueron diseñadas como simples elementos decorativos, sino que desempeñan un papel estructural. Son muy similares a las que podemos encontrar en la Casa Tassel de Victor Horta.

Mayólica
Es un tipo de cerámica recubierta de un esmalte hecho a base de estaño. Es posible que el término hace referencia a la isla de Mallorca desde donde salían los barcos que iban a Italia con cerámicas realizadas, probablemente, en Valencia. 

Las tres edades de la mujer
En esta obra de Klimt se contrapone la maternidad con la idea de la decrepitud física. Este tema es afrontado por el pintor en otras obras como Esperanza, el desnudo de una mujer gestante.

El beso
Es una de las obras más conocidas y, al mismo tiempo, más bellas de Klimt. El dorado se apodera de los fondos y sobre él, los colores relucen como piedras preciosas. En el centro de la composición un hombre sujeta el rostro de una mujer al tiempo que la besa. Ambos forman un todo de líneas ondulantes, un mosaico de colores, en el que es difícil delimitar el cuerpo de cada uno.

El ensanche de Barcelona
Se lleva a cabo a finales del siglo XIX y es la consecuencia del crecimiento natural de esta ciudad. Su autor fue el ingeniero Ildefons Cerdá. Tras derribarse las antiguas murallas, se amplió la ciudad para lo que se realizaron cuadrículas de manzanas con edificios achaflanados en los ángulos. Se podía construir en dos de los lados de cada manzana, en los otros dos se llevaron a cabo jardines.

Trencadís
Técnica que consiste en emplear fragmentos rotos de cerámica para disponerlos libremente sobre una superficie con la finalidad de obtener efectos decorativos. Se trata de una labor de carácter artesanal a la que frecuentemente recurrió Gaudí.

Casa Milá
La Casa Milá es el tercero, el último y posiblemente el más genial de los edificios de viviendas construidas por Gaudí. Su apariencia insólita no fue del agrado de los barceloneses, que le pusieron el mote despectivo de La Pedrera y dio lugar numerosos a chistes (...)
Cristina y Eduardo Mendoza