viernes, 12 de septiembre de 2014

El Románico en Europa

Con el antecedente inmediato de la arquitectura carolingia, durante el siglo X comienza a vislumbrarse en Europa una nueva forma estética que alcanzará su esplendor durante los siglos XI y XII y que es considerada la primera manifestación artística de carácter internacional: el Románico.
En esta época la arquitectura resulta ser la gran aglutinadora del resto de artes plásticas (pintura, escultura…), pues éstas, necesariamente, deben supeditarse al marco arquitectónico en que se ubican.
El Románico es un arte eminentemente arquitectónico y religioso. En esta época en la que la Iglesia se reordena, se homogeniza y alcanza un grado de consolidación del que antes no había gozado. Esto último se debió, en gran medida, a la reforma de la orden benedictina que se llevó a cabo desde Cluny y que se extendió a una velocidad asombrosa por gran parte de países europeos, contribuyendo a dar uniformidad, entre otras cosas, a las expresiones artísticas. Focillon afirmó, con bastante acierto, que el Románico era la primera definición de Occidente.


 
Capitel del claustro de San Pedro de Moissac



1. ALGUNOS ASPECTOS SOBRE EL ARTE ROMÁNICO

El término Románico es introducido por de Gerville en 1818, para poner de relieve el carácter “romance” de la arquitectura de los siglos XI y XII frente a la arquitectura gótica, de carácter “germánico”. También hay quien afirma que la denominación de Románico procede de la posibilidad de que éste fuese considerado _aún hoy algunos autores plantean esta posibilidad_ una derivación del arte romano.

El Románico supone, ante todo, la culminación o síntesis de una serie de corrientes artísticas anteriores. En él se amalgaman el arte romano, islámico, bizantino y bárbaro dando lugar al primer estilo unitario que, desde Francia, se va extendiendo por muchos otros países europeos.

Existe una serie de aspectos esenciales sin los cuales nos resultaría muy difícil entender las manifestaciones artísticas que marcan el nacimiento del arte Románico:
  • ·         El terror del año 1000

La inquietud por la llegada del fin del mundo sigue pesando sobre la sociedad e impulsa la construcción de infinidad de edificios religiosos, primero con la finalidad de expiar los pecados y purificar el espíritu y después para agradecer a Dios su bondad, una vez que había pasado la tan temida fecha y se había comprobado que nada de lo que anunciaban los textos apocalípticos había tenido lugar.
  • ·         Las peregrinaciones

Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela son los tres lugares a los que los fieles acuden en masa para visitar las reliquias que se albergan en templos construidos expresamente para este fin. Además de los tres citados anteriormente, existen otros lugares muy visitados como Saint Sernin (San Saturnino) de Toulouse, San Marcial de Limoges, Santa Fe de Conques o la Cámara Santa de la catedral de Oviedo. Necesariamente, las rutas que conducen a estos lugares se habrán de convertir en importantes vías de intercambio, no sólo económico, sino también artístico y cultural.
  • ·         Las Cruzadas

Comienzan en el siglo XI para desempeñar dos importantes papeles. En primer lugar el de reconquistar los Santos Lugares y más tarde el de garantizar la seguridad de los peregrinos.
En Tierra Santa y durante casi doscientos años, se producirán constantes enfrentamientos entre cristianos y musulmanes _que acaban alzándose con la victoria en 1187_ al considerarse, estos últimos, dueños legítimos de los territorios en litigio.

A esto se han de sumar algunos conflictos que tenían lugar en el interior de las iglesias ante el gran número de visitantes que acudían con el fin de venerar las reliquias. Así nos lo confirma el siguiente texto de Bernardo, maestrescuela de Angers, acerca de la venerada tuba de san Marcial: En medio de la Cuaresma, durante las vigilias de la noche, una gran multitud de gente entró en el santuario y se apretó alrededor de la tumba del santo. Más de cincuenta hombres y mujeres se pisotearon unos a otros y murieron en el interior de la iglesia. Fueron enterrados al día siguiente.
  • ·         Los patrocinadores o comitentes del Románico

Las órdenes monásticas, de modo muy especial la orden de Cluny, así como la monarquía y la nobleza, serán los promotores de la mayoría de las manifestaciones artísticas. Se genera una gran solidaridad entre los monjes y los aristócratas, puesto que muchos de ellos encuentran en los monasterios un lugar adecuado para su formación, al ser éstos los lugares en que se concentraba todo el saber y el pensamiento del mundo clásico.
  • ·         Los artistas

Se agrupaban en cuadrillas volantes que, para atender a sus encargos, deben moverse de país en país con sorprendente rapidez. Así, el artista románico se convierte en un efectivo transmisor de las formas artísticas.

Tapiz de Bayeux. Batalla entre normandos y sajones. Museo de la Reina Matilde. Bayeux


2. LA ARQUITECTURA ROMÁNICA

2.1. Características generales

Apenas vamos a encontrar en la arquitectura románica novedades constructivas. Los elementos que se emplean existen ya en el arte romano, bizantino, islámico y bárbaro; la novedad estriba en la manera en que todos estos elementos se fusionan para permitir la aparición de un nuevo estilo. Debemos advertir que el románico va a adoptar muchas formas dependiendo, no sólo del país que se estudie, sino también de la región, siendo de esta manera un estilo de gran riqueza y variedad. Para ello es importante que acometamos con reservas el estudio de las características generales de la arquitectura que se exponen:

  • ·    Las plantas de los edificios románicos suelen tener forma de cruz latina de tres o cinco naves con un crucero bastante pronunciado que, a su vez, podía estar dividido en otras tres naves. En la cabecera aparecen pequeñas capillas radiales que reciben la denominación de absidiolos y que servían para que se desarrollasen otras liturgias sin interrumpir el culto que tenía lugar en la central. En el punto en que se cruza la nave central con el crucero se coloca el cimborrio con forma de torre, que tiene la función de remarcar en altura este espacio que antecede al altar.


Cabecera de la Basílica de Santa Magdalena de Vézelay. Borgoña

  • ·      A los pies de la iglesia podían aparecer unas torres que son una reminiscencia del westwerk carolingio y que no en todos los casos se conservan.
  • ·       En las iglesias de peregrinación aparece un elemento muy novedoso que se mantendrá durante el Gótico: la girola o deambulatorio. Se forma al unirse las naves laterales por detrás de la central, creando tras la cabecera un espacio transitable, que tenía la finalidad de permitir el movimiento de los peregrinos sin interrumpir el culto que se desarrollaba en la nave central.
  • ·       El material constructivo esencial es la piedra cortada en sillares regulares. Los muros se rellenan con materiales de menor calidad como el ripio, pequeñas piedras que ayudan a que los muros asienten bien.
  • ·   Los espacios se cubren con bóvedas de cañón reforzadas con arcos fajones que permiten su segmentación en varios tramos. En el exterior, los arcos fajones se corresponden con los contrafuertes, conteniéndose así los empujes laterales de la pesada cubierta pétrea. Este elemento aparece ya en el prerrománico asturiano, en edificios como Santa María del Naranco. Además se recurre a los arcos formeros, paralelos al eje longitudinal de la nave. Para los espacios cuadrados se empleaba la bóveda de arista formada por la intersección de dos bóvedas de cañón. La zona del ábside se cubre con bóveda de cuarto de esfera o de horno.
  • ·     El arco característico de este estilo es de medio punto que también puede aparecer doblado, es decir, uno mayor cobijando a otro de menores dimensiones, o peraltado.
  • ·      El elemento sustentante por excelencia es el pilar de sección circular o cruciforme, al que se adosan columnillas denominadas baquetones. Su incorporación al espacio arquitectónico se hace imprescindible para sujetar las pesadísimas cubiertas pétreas.
  • ·       La decoración del edificio es otro elemento de gran importancia donde abundan los motivos geométricos: ajedrezado, rollos, puntas de sierra, zigzag, bolas, clavos, etc.

Durante los siglos de preeminencia del Románico las tipologías constructivas más interesantes que se realizaron son las iglesias y los monasterios. Las iglesias son de planta de cruz latina de una o tres naves, dependiendo de las necesidades y la riqueza de la misma. Excepcionalmente, se encuentran edificaciones con cinco naves. El edificio románico presenta grandes problemas de iluminación; la dificultad en abrir vanos a través de unos muros extraordinariamente gruesos intenta solventarse haciendo la nave central más ancha y elevada que las laterales, espacio que se aprovecha para ubicar las ventanas. La poca luz que tienen estas iglesias entra por escasos vanos fuertemente abocinados (más anchos en el exterior que en el interior) y se concentra en puntos concretos, creando un clima muy propicio para la oración y el recogimiento.

Los monasterios se construían lejos de los núcleos urbanos manteniendo, en muchos casos, el esquema del monasterio carolingio de Saint-Gall. Los cluniacenses, que desempeñarán un papel fundamental en la difusión del Románico dada la importancia que adquirieron en toda Europa, va a ser la que establezca un modelo de monasterio de validez casi universal. La abadía originaria de Cluny es conocida gracias a las investigaciones y reconstrucciones que ha realizado, entre otros, Conant. Sabemos que constaba de una sala capitular, locutorio, dormitorio en el primer piso con noventa y siete ventanas, una para cada monje, refectorio, cocina, bodega, enfermería, hospedería, baños turcos, iglesia, el claustro _con funciones de oratorio y paseo_, y la huerta. El monasterio es un universo aislado y autosuficiente que contaba con una fuente de ingresos excepcional: la generosidad de los nobles y de los peregrinos que los visitaban.


Arco fajón
Se emplea este término para designar a aquellos arcos que se disponen transversalmente a lo largo de la bóveda de cañón con el fin de reforzarla. También reciben la denominación de perpiaños.


2.2. Arquitectura románica francesa

En Francia, cuna de la arquitectura románica, encontramos una gran variedad regional y, por lo tanto, resulta bastante complejo enunciar unas características generales válidas para toda la arquitectura románica francesa. Por esta razón nos ocuparemos del estudio del Románico francés analizando las particularidades de cada una de las regiones en que se desarrolló de forma más brillante.

Borgoña: durante el siglo XI se construyen importantes edificios en esta zona. La Magdalena de Vézelay es uno de los ejemplos importantes que sí conservamos. Es un edificio de grandes dimensiones destinado a albergar un importante número de pergrinos. Carente de triforio, la nave central se cubre con bóvedas de arista separadas por arcos fajones, en los que las dovelas alternan el rojo y el blanco. La policromía es un elemento que también tendrá mucha importancia en los edificios italianos. San Lázaro de Autun fue primero un templo destinado a custodiar las reliquias de este santo y más tarde alcanzó el grado de catedral.

Normandía: es un foco artístico de sumo interés. Las construcciones normandas se caracterizan por exhibir formas geométricas puras, poco decoradas, con dos torres en la fachada y los sillares correctamente escuadrados y aparejados. En el interior se cubrían con madera que más tarde sería sustituida por piedra. El principal exponente de esta zona es la Catedral de Caen. Una vez que los normandos conquisten Inglaterra, el Románico normando desempeñará un papel fundamental en el desarrollo del Románico y del Gótico inglés.

Provenza: en esta región la arquitectura no presenta grandes novedades desde el punto de vista técnico y formal. Son edificios de gran simplicidad influidos por el arte romano. Uno de los ejemplos más significativos es Saint Gilles de Gard, en una de las etapas del Camino de Santiago. La portada de esta iglesia llama la atención por organizarse como si se tratase de un arco de triunfo romano. Otra importante obra de la región es San Trófimo de Arlés, que como la anterior presenta grandes similitudes con los arcos triunfales latinos.

Fachada de San Trófimo. Arlés

Auvernia: en esta zona se encuentra el viejo monasterio carolingio de Santa Fe de Conques, que más tarde se transformaría en iglesia para albergar las reliquias de santa Fe, siguiendo el modelo de templo de peregrinación que analizaremos con detenimiento al hablar de Santiago de Compostela. En la misma región se levanta Saint-Sernin de Toulouse, asimismo dentro del esquema de iglesia de peregrinación.

Poitou: la peculiaridad en esta zona es que los edificios tienden a igualar en altura la nave central con las laterales como sucede en Nuestra Señora de Poitiers.

Perigord: las iglesias de esta región constituyen un grupo homogéneo de edificios que emplea cúpulas dispuestas a lo largo de los tramos de la nave central. La iglesia de Saint Front del Périgueux sigue el modelo de San Marcos de Venecia. La planta es cruciforme y en ella se puede observar una cúpula en cada brazo de la misma. Tanto en Poitou como en el Perigord, se mantienen elementos constructivos del mundo bizantino y se emplean cúpulas recubiertas de escamas que constituirán un notable influjo sobre la arquitectura española de finales del siglo XII.


San Lázaro de Autun
Fue consagrada en el año 1130 y terminada definitivamente en 1146. Se trata de una obra de gran belleza debido a sus esbeltas proporciones. Su portada, realizada por el maestro Gislebertus, guarda una estrecha relación estilística con la de Vézelay.


Las columnas que sostienen la casa son los obispos, sobre los que se apoya la estructura de la Iglesia, merced a sus vidas, columnas que, a causa de su sonoridad argéntea, se dice que hablan tan divinos, como el Cantar de los Cantares.
Sicardo de Cremona 


2.3. Arquitectura románica italiana

Italia es, en estos momentos, un territorio fraccionado en diversas realidades políticas que se encuentra condicionado por dos aspectos; por un lado, el peso de la tradición del mundo clásico y por otro, el conocimiento de la cultura bizantina. Para su estudio, la dividiremos en tres áreas diferentes.
Norte: la arquitectura de esta área se caracteriza por recoger la tradición paleocristiana de cubierta abovedada sobre pilares. Los muros se decoran con arquillos ciegos y bandas verticales denominados arcos y bandas lombardas, que se disponen en la superficie del muro. El edificio más significativo es San Ambrosio de Milán, aunque también merecen destacarse San Abundio de Como o San Zenón de Verona.

Iglesia de San Abundio. Como

Centro: proliferan las tipologías sencillas en que lo decorativo desempeña un papel preponderante. El conjunto más importante es el de la Catedral de Pisa _célebre no sólo por la torre inclinada_, en la que el baptisterio, la torre y la iglesia aparecen separados como sucedía en Rávena. Fue proyectada por el maestro Boschetto. San Miniato al Monte, en Florencia, está revestido con mármoles de diferentes colores dispuestos geométricamente.

Sur: en esta zona sobresale la arquitectura siciliana, crisol cultural en el que se funden lo clásico, lo islámico, lo bizantino y lo normando. En Monreale se unen las columnas, arcuaciones, el transepto y la fachada de la arquitectura europea, con los arcos entrecruzados del arte islámico y los mosaicos del bizantino. Además de esta debemos citar la Catedral de Cefalú y la Capilla Palatina de Palermo.

Interior de la Catedral de Cefalú. Sicilia


La capilla Palatina de Palermo
Fue realizada por Ruggero II y es el oratorio del Palacio de los Normandos. Se trata de una estructura de planta basilical con tres naves separadas por columnas que sustentan arcos de herradura de clara reminiscencia islámica.


2.4. Arquitectura románica alemana

Tanto en Alemania como en Suiza pervive el esquema constructivo de los Otones, grandioso y monumental. Las características generales de la arquitectura germana son las siguientes:
  • ·        Las cubiertas de la nave central, de madera en las primeras construcciones románicas, evoluciona de forma paulatina hacia la piedra. Se prefiere la bóveda de arista a la de cañón, lo que ocasiona la creación de espacios muy fragmentados.
  • ·    Es frecuente encontrar dos ábsides contrapuestos con sus correspondientes estructuras torreadas. Esta estructura evolucionará dando origen a complejas soluciones arquitectónicas. Esto hunde sus raíces en el uso del westwerk, del que ya hemos tenido oportunidad de hablar en el apartado correspondiente a la arquitectura prerrománica.
  • ·    Las naves suelen ser muy elevadas y el crucero doble. Los capiteles muchas veces son cúbicos, muy macizos y están escasamente ornamentados.

Aunque se inician en el siglo XI, las grandes catedrales románicas alemanas de Worms, Spira y Maguncia son remodeladas según los gustos estéticos del XII. San Miguel de Hildesheim es uno de los edificios que algunos autores consideran prerrománicos, mientras que otros los engloban dentro ya de la arquitectura románica alemana.

Exterior de San Miguel de Hildesheim

Interior de San Miguel de Hildesheim

El esplendor y la expansión territorial alcanzados por el país durante el reinado de los Hohenstaufen, permitieron entrar en contacto con el arte del norte de Italia y con el borgoñón, estilos que se unen a lo carolingio y otoniano. Alemania extendió su influencia a Hungría y a otros países centroeuropeos.


2.5. Arquitectura románica inglesa

Al analizar el románico inglés, resulta primordial no obviar un elemento que influye, de manera determinante, en la peculiaridad de su arquitectura: desde 1066 es territorio normando.

  • ·         En Inglaterra es bastante infrecuente encontrar iglesias con deambulatorio o girola.
  • ·         Las cabeceras son cuadradas.
  • ·         Todas las iglesias tienen cruceros sobresalientes en planta.
  • ·         Los fustes de las columnas aparecen decorados frente a los capiteles desnudos.
  • ·         Las fachadas son lisas, con poca decoración y flanqueadas por torres cuadrangulares.
  •        La arquitectura inglesa, lo mismo que la normanda, evolucionará hacia el Gótico muy rápidamente.
  •    En edificios como la Catedral de Durham se emplearán bóvedas de crucería muy pronto, concretamente en el siglo XI. Éste es uno de los edificios más representativos del Románico inglés. Tiene tres naves, transepto bastante desarrollado y dos torres a los pies. Los vanos son muy pequeños y los pilares que separan la nave central de las naves laterales, muy achaparrados, lo que contribuye a acentuar la sensación de pesadez que produce este edificio.

Interior de la Catedral de Durham


3. LA ESCULTURA ROMÁNICA

3.1. Su funcionalidad y sus fuentes

San Gregorio Magno definiría la escultura románica como Biblia pauperum (la Biblia de los pobres). Y es que, efectivamente, más allá de su función meramente decorativa, la escultura resulta en esta época un elemento doctrinal de primera magnitud. Se decoran las portadas de las iglesias, los capiteles, los aleros y las cornisas, los claustros de los monasterios…, y con ello, el pueblo, en su inmensa mayoría ágrafo, se acerca a las verdades de la fe cristiana. Por esta razón, en esta época era muy importante la figura del teólogo, que indicaba al artista cómo debían ser las imágenes que representaba en lugares que la mayor parte de la gente podía contemplar. El artista no era totalmente libre, pero sí tenía un pequeño margen para canalizar su creatividad dentro de los programas iconográficos férreamente establecidos. Es obvio decir que la escultura aparece indisolublemente ligada a la arquitectura.

Las funciones de las que se nutre el escultor románico pudieron ser las siguientes:
·       Los manuscritos: hoy sabemos con bastante certeza que el Pórtico de Moissac, por ejemplo, es la copia de un manuscrito del siglo X que no se conserva. Los textos transmiten imágenes y modelos iconográficos y especialmente los bestiarios que son una fuente inagotable para las representaciones de los fantásticos que pueblan los capiteles románicos.

Portada de San Pedro de Moissac

  • ·     La pintura mural: en los primeros momentos del Románico se decoraba el interior de los edificios y de modo especial, el ábside, con frescos que empleaban temáticas que más tarde se trasladarían a las portadas monumentales.
  • ·  Los tejidos: procedentes de Oriente, llegaban a Occidente envolviendo las reliquias. Estaban decorados con animales afrontados, rampantes o semirrampantes, lacerías, aves, serpientes, etc. Algunos de estos tejidos se utilizaron para revestir las mismas arquetas donde se guardaban las reliquias.



El espacio-límite no solamente modera la propagación de los relieves, los excesos de salientes, el desorden de los volúmenes, que tiende a contenerlos en una masa única, sino que obra sobre el modelado del que reprime las ondulaciones y el desorden, se contenta con sugerirlo por acentos.
Henri Focillon


3.2. La temática. La concepción estética del hombre

Como se comentó en la introducción, los temas vienen dados por el terror del año 1000 que aún sigue impregnando el ambiente. El Apocalipsis, junto con los restantes textos bíblicos, son puntos de referencia esenciales para poder comprender una portada románica. En el tímpano, solemos encontrar la imagen de Cristo en Majestad o Pantocrátor que con una mano bendice y con la otra sujeta el Libro de la Revelación (el Apocalipsis de san Juan) o la bola del mundo. Cristo aparece representado dentro de una mandorla. En torno a él encontramos el Tetramorfos o, lo que es lo mismo, los símbolos de los cuatro evangelistas: san Juan representado como un águila, san Marcos como un león, san Lucas como un toro y san Mateo como el hombre. Además del Tetramorfos, se encuentran ángeles que portan los símbolos de la Pasión de Cristo y los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Es muy frecuente el tema del apostolado situado en las jambas. Las figuras que se disponen en las jambas y en el parteluz suelen ser personajes que han estado en la tierra y que han sacralizados, de tal modo que adquieren la función de mediar entre Dios y los hombres.

Otros temas bastante comunes son el del Cordero apocalíptico, el Crismón o la imagen de Dios padre con Cristo sobre su regazo.

En los capiteles se representan temas vegetales y animalísticos o diversas escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.

Capitel románico de una iglesia en la provincia de Palencia

La necesidad de transmitir un mensaje hace que la plástica románica sea tremendamente simbólica y antinaturalista. Se pierde el interés por la proporción y la belleza del cuerpo humano, más bien se pretende dar primacía a la vida espiritual del ser humano. Se trata de un intento por plasmar en la obra la espiritualidad del individuo.

En el Románico las figuras se someten absolutamente al marco arquitectónico son desproporcionadas. En las representaciones del cuerpo humano se subraya la cabeza, que adquiere un mayor tamaño. En los rostros sobresalen, llamando poderosamente nuestra atención, los ojos, que conectan la imagen con el espectador. En este sentido es posible establecer una conexión con las artes figurativas bizantinas, en las que también los ojos son la parte de la imagen que capta con mayor fuerza nuestra atención. También son importantes las manos: es frecuente que Dios se represente como una mano que impone su voluntad, como en la portada del Cordero de San Isidro de León, o por remitirnos a ejemplos anteriores, en San Pedro de la Nave, en el capitel que hace referencia al sacrificio de Isaac. La anatomía se oculta bajo los ropajes, cuyos pliegues aparecen pobremente representados y excesivamente geometrizados. Los únicos desnudos del Románico son los de Adán y Eva y las representaciones del alma, que puede aparecer como una pequeña figura asexuada o femenina.

Detalle de la portada de Santa Fe de Conques

Hoy se sabe que muchas de las portadas, por no decir la mayoría, estaban policromadas, aunque se haya perdido el color en casi todos los casos. Es posible que los colores tuviesen un fuerte papel dentro del simbolismo del Románico.

A medida que pasa el tiempo la escultura evoluciona y se torna más naturalista. Comienza a ganar independencia con respecto al marco arquitectónico, mejora el tratamiento de los pliegues y se alcanza una mayor rigurosidad anatómica. Para conocer estas transformaciones habrá que esperar hasta el siglo XII.


La mandorla
Es un término de origen italiano que significa almendra. Con él se designa el halo de forma, tal y como su propio nombre indica, almendrado, símbolo de la divinidad de Cristo.


En el tímpano de la iglesia de San Lázaro de Autun es posible leer la siguiente inscripción: Gislebertus me hizo. Esta obra, en la que se puede ver un Cristo en Majestad está con bastante seguridad inspirada en la portada occidental de Vézelay.


3.3. La escultura románica francesa

Los conjuntos escultóricos franceses, junto con los españoles, son los más ricos que se conservan. Como principales focos podemos encontrar:

Borgoña: dentro de esta área se sitúa la Magdalena de Vézelay con una iconografía muy discutida. Algunos autores señalan que se trata de la escena de Pentecostés, mientras que otros piensan que es una missio apostolorum, escena en la que san Pedro y san Pablo ponen a los apóstoles a los pies de Cristo. Las figuras poseen un canon bastante alargado y los pliegues de los ropajes, muy finos y concéntricos, recuerdan a algunos trabajos de esmalte, incluso de marfil. Son también igualmente elegantes y esbeltas las figuras de San Lázaro de Autun, realizadas por el maestro Gislebertus. En el tímpano, se representa el Juicio Final con Cristo rodeado por los condenados y los elegidos. Una de las imágenes más conocidas de la plástica de este momento es la de Eva escondiéndose entre la maleza. El tratamiento de su cuerpo es estilizado y naturalista, y en su rostro es posible percibir alguna expresión, aspectos todos ellos bastante inusuales para el momento en que fue realizada.

Pórtico de la Iglesia Santa Magdalena de Vézelay

Languedoc: es la zona más próxima a España y, por tanto, donde se percibe mayor número de influencias recíprocas. San Pedro de Moissac tiene decoración escultórica en los capiteles del claustro y en la portada de la iglesia, en la que encontramos a Cristo en majestad, el Tetramorfos y los veinticuatro ancianos del Apocalipsis, los cuales sobresalen notablemente del marco con la cabeza orientada hacia la imagen de Cristo. Saint Sernin de Toulouse tiene cierto parecido con Moissac y con la portada de Platerías de Santiago de Compostela.

Provenza: las obras más importantes se sitúan en la segunda mitad del siglo XII y están marcadas por el Clasicismo, lo mismo que sucedía con su arquitectura. Las figuras de las portadas nos recuerdan a las imágenes de los sarcófagos romanos. Los ejemplos más interesantes son San Trófimo de Arlés y Saint Gilles du Gard.

Poitou: la decoración, en este caso, se extiende por las fachadas. El principal exponente es Nuestra Señora la Grande de Piotiers.

El Pórtico Real de Chartres: ejecutado a mediados del siglo XII, es un preludio del Gótico aunque las estatuas-columna estén aún excesivamente sometidas al marco arquitectónico. La proximidad de la plástica gótica se percibe en los cuerpos bastante más estilizados y el tratamiento de los pliegues ligeramente más ágil, aunque todavía excesivamente estáticos.

Detalle del Portico Real de Chartres


3.4. La escultura románica en el resto de los países europeos

Además de Francia, trataremos aunque de manera más superficial la escultura en países como Italia, Alemania e Inglaterra, en los que adquirió un interés nada despreciable.

Italia: conocemos a la mayoría de los artistas que trabajan allí. Sabemos que el maestro Guillermo trabajó en la Catedral de Verona con la colaboración del maestro Nicolás.

Benedetto Antelami (1100-50) es otro importante autor italiano del que no sabemos casi nada, aparte de que se movió sobre todo por Parma y que estuvo fuertemente influido por el arte francés. Sus obras más importantes son el púlpito y el baptisterio de la catedral de Parma. De este conjunto sobresale un relieve del Descendimiento. Podemos decir que su estilo se aproxima bastante al del Gótico por la estilización de las figuras y una captación anatómica más naturalista.

Benedetto Antelami: Descendimiento. Catedral de Parma

Alemania: en Hildesheim se crea una conocida escuela de broncistas de la que posiblemente salió un autor de origen alemán que trabajó en Verona en la realización de las puertas de San Zenón, caracterizadas por un relieve suelto y movido.

Puertas de San Zenón. Verona

En Alemania encontraremos pilas bautismales que son verdaderos trabajos monumentales como la de la Catedral de Hildesheim, de un relieve muy alto que pudo haber inspirado el arca de San Isidoro de León, así como bellos relicarios de formas arquitectónicas.

Inglaterra: los normandos valoraron de un modo especial la arquitectura en detrimento de la escultura. Por ello, en el siglo XII, los escultores carecían del bagaje poseído por los artistas de otros países, debiendo comenzar desde el principio y tomando la miniatura como fuente de inspiración. El renacer de la plástica se produce en Canterbury. En este período se lleva a cabo la puerta del Prior de Ely.

Puerta del Prior. Catedral de Ely


La puerta del Prior de la catedral de Ely
Es, con bastante seguridad, anterior a 1139. En el tímpano aparece Cristo en majestad en el interior de una mandorla que sujetan ángeles cuyas alas tienen perfiles casi metálicos. La decoración vegetal que enmarca esta escena recuerda a los trabajos de marfil de posible influencia nórdica.


La iglesia románica

Como corresponde a la influencia de sus constructores, estas iglesias románicas son edificios imponentes y poderosos, expresión de un poder ilimitado y de unos medios inagotables. Se les ha llamado “fortalezas de Dios”, y realmente son grandes, firmes y macizas, como los castillos y fortalezas de la época; y son, además demasiado grandes para los fines mismos. Pero no fueron construidas para los fieles, sino para la gloria de Dios, y sirven, lo mismo que las construcciones sagradas del antiguo Oriente […] para simbolizar la suprema autoridad. La iglesia bizantina de Santa Sofía tenía, ciertamente, dimensiones enormes, pero su grandeza estaba fundada en razones prácticas, pues era la iglesia principal de una metrópoli cosmopolita. Las iglesias románicas se encuentran, por el contrario, en pequeñas ciudades tranquilas, pues en el Occidente ya no existían grandes ciudades.
(HAUSER, A. Historia social de la literatura y el arte, 1988)



A FONDO

LA CATEDRAL DE PISA

La construcción del conjunto pisano se inició gracias a un botín conseguido por la flota de esa ciudad en un enfrentamiento contra los musulmanes, que por aquel entonces estaban establecidos en Sicilia.

Este magnífico conjunto está integrado por la iglesia, el baptisterio y la torre. El primer arquitecto que intervino en su realización fue Buscheto, al que se ubica cronológicamente entre finales del siglo XI y principios del XII. A la muerte de Buscheto ésta fue finalizada por Rainaldo, cuyo nombre se puede encontrar en un epígrafe de la fachada de la catedral.

La planta de la iglesia es de cruz latina y consta de cinco naves y un crucero de tres naves. En el centro de éste se ubica una cúpula de sección elíptica. El ábside está, en este caso, muy desarrollado. La nave central está cubierta con madera y las laterales con bóvedas de arista, muy frecuentes en la arquitectura románica. Tanto la planta como el alzado de la iglesia nos recuerdan a las priimitivas basílicas cristianas.

El baptisterio, espacio de planta central en el que se ubica la pila bautismal y consagrado a la administración de esta sacramento, se inició en el año 1153 y es obra de Diotisalvi, al que se atribuye la parte inferior del mismo. Se cree que este arquitecto, sobre el que no se tienen datos muy concretos, pudo trabajar, además, en la iglesia del Santo Sepulcro de Pisa. El baptisterio está cubierto por una cúpula cónica que se apoya sobre un círculo interior de columnas. En el baptisterio se conserva una bellísima pila bautismal en la que se puede leer el nombre de su artífice: Guido Bigarelli, también conocido como Guido da Como. A este escultor se le atribuyen otras obras como el Púlpito de San Bartolomeo in Pantano, en Pistoia.


La torre que realizaba las funciones de campanario o campanile, como se denomina en italiano, se encuentra separada del resto de los edificios, lo que es característico desde un primer momento en la arquitectura medieval italiana, tal y como podemos ver en algunos edificios ravenantes. Consta de ocho pisos de los cuales el último tiene un menor diámetro que los anteriores. Este edificio presenta grandes problemas de cimentación que los constructores se encontraron ya en el mismo momento de su realización. En este sentido, debemos tener bien presente que la inclinación que experimenta esta torre no es, en absoluto, un problema aparecido recientemente. Existen infinidad de propuestas arquitectónicas que pretenden frenar el imparable derrumbamiento del campanile, pero ninguna de ellas ha resultado válida, por tanto, la destrucción es casi un hecho inevitable.

A este soberbio conjunto arquitectónico hay que añadir el recinto marmóreo que rodea el camposanto de forma rectangular, obra de Giovanni di Simone. Consta de una serie de arcos de medio punto y cuatro pórticos abiertos hacia el interior. Las arcadas cuadriformes fueron realizadas en el siglo XV. Encima de una de las puertas de acceso se puede ver un tabernáculo gótico, obra de uno de los integrantes de la escuela de Nino Pisano. En el exterior está decorada con pinturas al fresco, entre las que sobresalen las que ejecutó el pintor de origen florentino Buffalmacco.

Uno de los elementos esenciales de esta obra son las columnas que, en algún caso, es posible que se hayan reaprovechado de edificios romanos. También son hermosísimas las arquerías ciegas que recorren las fachadas, muy características de la arquitectura románica italiana, y los mármoles que revisten las superficies de los muros, en los que se alternan bandas polícromas que rompen la monotonía del muro introduciendo una nota cromática. Este aspecto perdurará en la arquitectura gótica italiana. Las columnas, distribuidas rítmicamente por las fachadas o, como en el caso de la torre, envolviendo literalmente el edificio, lo mismo que la bicromía del muro, están remitiéndonos constantemente a la arquitectura romana, que pervivió arraigada con más intensidad que en ningún otro país a lo largo de todo el Medievo. Esta influencia latente de lo romano aflora definitivamente con la llegada del Renacimiento.

El estilo del románico pisano que encontramos en este conjunto se repite en otras construcciones de similares características, como San Pablo y San Frediano de Pisa, San Miguel en Lucca y el Duomo (catedral) de Massa Maritima.


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